Saturday, July 12, 2008

ONDO VIGALONDO

El subfusil "Uzi" fue diseñado a finales de la década de los 40 por las industrias militares israelíes. Es pequeño, compacto y ligero, y es capaz de disparar 600 proyectiles por minuto, lo cual la convierte en un arma estupenda capaz de llenar de plomo a alguien en apenas un parpadeo.

Y si la gente que desfasa al salir de fiesta fuesen armas de fuego en vez de personas, Nacho Vigalondo sería una Uzi.

Antes de que empecéis a preguntaros de qué coño estoy hablando, he de recordaros (o informaros de) que he estado acudiendo al curso de cine impartido en la UPV por los ínclitos Koldo Serra, Borja Crespo, Kepa Sojo, Nacho Vigalondo y Patxi Urkijo. No sólo hemos chupado un montón de teoría y práctica de realización audiovisual, sino que encima hemos hecho un minicorto planteado, rodado y editado en apenas tres días. Y sí, tranquilos, en cuanto esté subido pondré un enlace para que todos podáis verlo... aunque a lo mejor os arrepentís. ¡Ja, jaja!

Bueno, siguiendo con el hilo, después de la última clase del curso, los implicados (con las notables excepciones de Patxi Urkijo, Zabala y Ferber) salimos de fiesta por el Casco Viejo de Bilbo. La palma, naturalmente, se la llevó el señor Vigalondo, que resultó ser un agujero negro de diversión, o sea, la clase de persona tan puñeteramente juerguista que crea un campo gravitatorio psíquico a su alrededor que absorbe la atención de todo el que esté a menos de un año luz de distancia. Lanzamiento de esputo cervecero sobre detractores de Los Cronocrímenes, bailar "a lo trífido" y gritar títulos aberrantes de películas como"Mi Vida Sin City" en plena calle Bailén son sólo algunas de los episodios con los que nos deleitó este singular personaje. Y la verdad es que yo no pude parar de reír en toda la noche. Más o menos como cuando vi "Torque".


Si miran ustedes atentamente la foto, cortesía de mi buena amiga Seila, podemos apreciar que todos nos estamos despollando vivos mientras Nacho Vigalondo, al fondo a la izquierda, sufre un ataque de lo que he decidido bautizar como "furia cántabra", la versión etílica y juerguera del baile de San Vito. Todos nos reíamos, pero vuestro fiel amigo Canales, con camisa gris de dragones, había empezado a asustarse.

Próximamente, fotos exclusivas de nuestro nuevo y demencial cortometraje.

1 comment:

Anonymous said...

nene..si se señor....buena fiesta...en la que la furia cantabra tubo su maximo apogeo....jajajajajaja

que bonito recuerdo volver a leer ese texto....

Seila (por si no habia quedado lo suficientemente claro...jajaja)